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“Ahora llega el sentimiento de culpa a los profesionales sanitarios que han estado en primera línea”

Fecha: 
05/06/20
Categoria: 
General
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“La pandemia del coronavirus ha dejado muchos, demasiados, fallecidos en estos meses. De estas muertes estamos buscando culpables, y quienes han estado o hemos acompañado a personas enfermas o familiares que han pasado por esta situación, en algunos momentos bajos, nos culpabilizamos de no haber sabido o podido hacer más de lo que hemos hecho: pensemos en médicos, enfermeros, auxiliares, psicólogos, agentes de pastoral,…”, alerta Calixto Plumed, psicólogo de la Clínica Nuestra Señora de La Paz, en Madrid, perteneciente a la Orden Hospitalaria de San Juan de Dios.

Durante este tiempo en primera línea en esta clínica especializada en salud mental y adicciones, Calixto Plumed ha podido observar cómo se ha buscado culpabilizar al sistema de salud, incluso a los profesionales sanitarios y asistenciales, de no saber actuar y prevenir. “Estamos favoreciendo que la responsabilización sea cada vez más sinónimo de auto-culpabilización” advierte.

Raquel Rivero, psicóloga de la Clínica Nuestra Señora de La Paz, asegura que esta situación tan excepcional que estamos viviendo en torno a la pandemia de la COVID-19, ha generado en el personal sanitario unos desafíos hasta ahora nunca imaginados. “Encontramos una elevada carga asistencial, una enorme incertidumbre diaria, una toma de decisiones muy rápida y no siempre meditada, que genera inevitablemente una sobrecarga emocional, que, entre otras, implica que emociones como la culpa, emerjan. Pero no son las únicas, también la ansiedad, el miedo, la tristeza, la frustración etc. son emociones que, sin duda, han acompañado y siguen haciéndolo a los profesionales que han estado y están en primera línea durante este desafío”.

Respecto a la culpa, encuentra que no es casualidad que aparezca ya que es una emoción que permite poner en marcha mecanismos para no cometer errores que tengan graves consecuencias.

La culpa tras la tempestad

Se observa cómo los profesionales sanitarios están ahora sacando fuera todo el estrés acumulado durante estos meses. Depresión, agobio, culpa, son algunos de los sentimientos que afloran en quienes han estado en primera línea y que, en muchas ocasiones, no han podido salvar a los afectados por la covid-19.

“Cuando estamos viviendo una situación de estrés como ésta, todos nuestros recursos están puestos en la acción, en el “hacer”, en “sobrevivir”, no podemos pararnos a pensar, ni a sentir qué es lo que nos está pasando. Esto ocurre siempre que estamos en situaciones de esta magnitud”, explica Rivero. Aclara que eso no quiere decir que no estemos sintiendo emociones mientras vivimos la situación, las sentimos, pero no nos podemos parar a pensar en ellas.

“Cuando baja un poco la intensidad, es más fácil que ya podamos empezar a focalizar más en lo que nos pasa, y en consecuencia a sentir más todas esas emociones y sentimientos que, aunque ya estaban, no podíamos prestarles atención”, expone.

Actitud Positiva

“La idea de buena vida, no implica solo cultivar la gratitud u otras fortalezas del carácter, desarrollar optimismo o tener experiencias de plenitud, sino que también tiene que ver con el afrontamiento positivo mediante el tratamiento de la culpa, el disgusto o la envidia, aceptando estas emociones pero comprometiéndose a seguir teniendo metas congruentes con los propios valores para tener una vida plena y con significado”, aconseja el psicólogo.

Desde su conocimiento, asegura que pensar en positivo ayuda a conocerse mejor a sí mismo y a progresar en la dedicación a los demás en sus vulnerabilidades y limitaciones, empezando por las propias. “Y ésta es nuestra tarea única y esencial”, incide.

“Yo siempre pongo un ejemplo muy gráfico -explica Plumed-, el cubo de seis caras. Éste suele apoyarse en la inferior, por lo tanto es preciso saber aceptar la base del cubo, aunque no se vea como las otras. Pensar en positivo es aceptarse y aceptar. Pensar en positivo es ser hospitalarios y poseedores de una gran dosis de humanización.

Consejos para superar la culpa

Para Raquel Rivero es importante superar el sentimiento de culpa y para ello lo primero es identificar aquellas cosas que me hacen tener estos sentimientos. Es decir, detectar qué es lo que nos genera esta emoción. Es fundamental también aceptar que los errores forman parte de la vida y, en una situación como ésta, lo normal es cometer errores. Es importante poder expresarlo, hablar con alguien de cómo nos estamos sintiendo. Si esta persona es de tu misma profesión o ha pasado por circunstancias similares, puede ayudar a ver que no somos los únicos que nos sentimos así y de esta manera, poner perspectiva.

Jaime del Corral, psiquiatra de la Clínica Nuestra Señora de la Paz, explica que la culpa es una reacción psicológica habitual en personas sometidas a situaciones de estrés elevado. “Cuando acontece un hecho que nos supera, desarrollamos un sentimiento de responsabilidad sobre lo que ha pasado porque así nuestra mente intenta recobrar la sensación de poder evitar que se repita”.
Afirma que es una reacción muy normal, pero desgasta y entristece, por lo que hay que solucionarla. “Lo más recomendable -añade Del Corral- es intentar aceptar con altas dosis de filosofía y comprensión que en ocasiones la vida nos supera, y escapa por completo a nuestro control, asumiendo que no somos dueños absolutos de las cosas. Quienes trabajamos frente al sufrimiento humano intentaremos poner lo mejor de nosotros, pero debemos aceptar nuestras limitaciones y seguir en la lucha. Creo que es en eso en lo que hay que centrarse para conjurar la culpa, en que hicimos lo que pudimos. Nada más y nada menos que lo que pudimos”.

“No hay que olvidar -recalca Rivero- que esta emoción nos puede llegar a limitar, bloquear, inactivar y, en definitiva, nos puede invalidar para el día a día, por lo que es crucial que podamos hacer este proceso de identificar el sentimiento de culpa, reconocerlo, verbalizarlo y ponerlo en perspectiva. Si comprobamos que este sentimiento se cronifica e invalida por completo nuestro día a día, lo mejor es pedir ayuda a un profesional de la salud mental que nos ayude con este proceso”, concluye.